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Me escribe Lola Gracia, directora y presentadora de Black Coffee:
«El programa donde sales el más valorado de LaOpinionTv, dile a tus contactos que aún no hayan visto el programa que lo pueden ver el primero en Últimos vídeos, 10 mejor valorados. Además de la entrevista conmigo, el programa incluye otros contenidos interesantes como un reportaje sobre el festival «eÑe» (con vídeo/poema de Antonio Gamoneda), la sección literaria de Mariano Pérez Ródenas (en este caso sobre el mágnífico nuevo libro de Ginés Aniorte Nosotros, publicado por la editorial Renacimiento) y varias cosas más. Este es el enlace:
Dos jóvenes paisanos de Cáceres, Daniel Casado (Trujillo, 1975) por su poemario Oscuro pez del fondo y Mario Lourtau (Torrejoncillo, 1976) por Quince días de fuego, acaban de obtener sendos accésits del premio Adonais. El jurado resaltó de Oscuro pez del fondo «la madurez de su dicción, que dialoga fructíferamente con algunas de las líneas fundamentales de la reciente poesía española, aportando originales impresiones y una gran variedad temática»; y de Quince días de fuego su «emoción creciente, gran lirismo, con una viva presencia de la naturaleza y protagonismo de símbolos muy significativos: el bosque, el fuego o las cenizas». Vaya desde aquí mi más sincera enhorabuena para ambos, acompañada de un pequeño acopio de datos para quienes (sobre todo aquí en Murcia) aún no hayan oído hablar de ellos:
Daniel Casado [Foto: web del autor]
Daniel Casado publica en 1999 Me acuerdo (De la luna libros, Mérida, 1999) firmado al alimón con Elías Moro. Comienza a publicar artesanalmente sus poemarios y crea El Ermitaño Ediciones, de tiradas cortas no venales, excepto para la colección El Pájaro Solitario. En 2002 Crea los Encuentros Literarios ADAMAR y obtiene el VIII Premio de Poesía Ciudad de Mérida por El Largo andar tan breve, publicado (Madrid, Vitrubio) al año siguiente, 2003, en que también comienza a coordinar en Mérida el Club de Lectura Jesús Delgado Valhondo. Coordinador desde 2004 de El Espejo, revista de la Asociación de Escritores Extremeños, ese mismo año obtiene el XV Premio de Poesía Arcipreste de Hita con El viento y las brasas, publicado por Pre-Textos. Durante 2004-2005 coordina los clubes de lectura de Mérida, Almendralejo, Trujillo y La Zarza y dirige el ciclo Encuentros con la literatura en la librería Biblos de Trujillo y en 2005 publica en la Editora Regional de Extremadura El proyector de sombras, poemario en prosa escrito en 1997. Durante 2004 y 2005 ha sido técnico del programa Extremadura: Estación Cultura. En 2006 aparece la antología Cuatro poetas en un tobogán, que recoge la obra de cuatro jóvenes autores extremeños: José María Cumbreño, Hilario Jiménez, Antonio Reseco y Daniel Casado. En 2007 crea el proyecto audiovisual Mundo en Verso en intento de difundir la poesía a través de las nuevas tecnologías. En 2008 coordina las campañas de animación a la lectura de la Asociación de Gestores Culturales de Extremadura. En la actualidad compagina la gestión cultural con la creación literaria, y en 2009 ha resultado ganador del certamen La Voz + Joven de Obra Social Caja Madrid, en cuya web pueden leerse estos dos poemas suyos:
EQUILIBRIOS Después de todo, es sólo una vaca en medio del camino, una mole de carne y pellejo, un amuleto que veneran los parias y respetan las leyes del país. Con su sagrado olor y sus estómagos tristes, el lento animal nos mira indiferente. Sabe que si disparas o lo atropellas, si quebrantas la ley que vela su existir, millones de brazos hasta hoy dormidos comenzarán a trabajar la tierra, canalizarán el agua, construirán la escuela, sembrarán el arroz definitivo que los acercará a nosotros para siempre y el mundo perderá su inestable equilibrio. CRÓNICA DEL ALBA (Bagdad, 2004) ¿Quién dirá ahora que se ha enamorado? ¿Quién nacerá con pleno convencimiento? La tierra es ya un solo cuerpo, ardiente y mudo, un costado de niebla que el odio ha empapado. ¿Quien lavará la sombra seca del muro? ¿Quién plantará el olvido necesario? La tierra, que no distingue el cráneo de la rosa. Sólo la tierra, que avanza ajena y sin memoria.
[Mario Lourtau]
Mario Lourtau (Torrejoncillo, 1976), aficionado a los viajes y el deporte (especialmente el atletismo, donde, antes de inclinarse por la poesía, logró alzarse campeón de España de Maratón en categoría promesa) es licenciado en Filología Inglesa por la Universidad de Extremadura, cuenta con varios premios literarios (Ruta de la Plata, Pórticvs, Creación Literaria de la Consejería de Juventud, etc...) y ha publicado poemas y relatos en diversas revistas (Alcántara, Cuadernos de Poesía, Bab Rabat, La Bala de Seda, La Letra Nazarí, etc…) así como en antologías (Al Abrigo del Aire, Antología de la poesía y el relato, V Cuaderno de profesores poetas, 16 poemas). Parte de su obra ha sido traducida al inglés y al árabe. Su primer libro de poemas, Donde Gravita el hombre, fue publicado en enero de 2008 por la editorial granadina Alhulía con prólogo del poeta y crítico literario granadino Miguel Ávila Cabezas, tras haber obtenido una beca de ayuda a la edición de la Junta de Extremadura y ser finalista del XXIII Premio Gerardo Diego para noveles. El libro, cuyos sus versos ahondan en las diferentes vertientes de la condición humana a través de la palabra y del tiempo, fue presentado en mayo de 2008 en el Colegio Español de Rabat, donde ejerce como profesor de inglés tras cinco años por diversos institutos españoles en Marruecos. Su próximo poemario, Catálogo de Deudores, lo editará a finales de 2009 la Editora Regional de Extremadura. Aquí pueden leerse algunos poemas suyos, entre ellos éste:
LÍMITES
Desde una ciudad distante, inmune al tiempo
has venido a buscarme. Regresaste
por los pasos de luz y el cielo de las frutas,
caminando por esta nueva ciudad iluminada,
sobre la alfombra encendida en su claro barniz,
en sus redondas tardes.
De otro lado, bautizadas en mármol,
las montañas cantan su labio de invierno, y aguardan
su blando despertar de entre la nieve.
Has cruzado el círculo despacio, escrutando con tus ojos
la dulce dimensión del horizonte,
buscando mi presencia y el tacto secreto
que traigo mansamente entre mis manos.
La ciudad, que despierta, es un niño
al sol de la intemperie, un viejo
que no conoce milagros pero sabe
donde brotan las fuentes y sonde surge
el duro temblor de los acantilados.
Han abierto temprano los postigos, clarea.
Algunos pájaros, violines de pluma, irrumpen
con su canto general, canto primero.
Tú avanzas breve, precisa, cierta
como el roce blanquecino de la brisa
en la palpitación de los almendros.
Hemos abierto las puertas sin desatar nudos.
Sonríes, te abrazo, y tu regreso
ya no es pura utopía sino certeza.