El próximo 24 de marzo, Antonio Marín Albalate y quien suscribe apadrinaremos el bautizo del nuevo libro de poemas de Antonio Llorente Abellán, Herida, tercer título de la colección Pasión del verbo que publica la editorial Huerga & Fierro con el patrocinio del Patronato Carmen Conde - Antonio Oliver. Será en el Museo Ramón Gaya de Murcia a las 20:00h. A continuación pueden leer uno de los poemas del libro:
PRECEPTIVAS
Habrá que hacer loa de cualquier cosa.
De la mera contemplación hacer poesía.
Lo mismo ha de dar una nube que un amor,
o la emoción de contemplar un cántaro,
qué cosas...
Y es que hay que rastrear lo sublime,
hacerlo brotar entre las líneas de los versos.
Parece que ahora importa más el papel en blanco
que el sordo rumor de un corazón desmoronado
o el de un alma arrugada en el ocaso
porque siente con el día morirse el mundo.
Hoy hay que hacer poesía de memoria
y medir bien los versos, hacer trampas,
no decir la verdad aunque nos mate,
tanta sinceridad, tanto ripio disfrazado
de soneto matemático y puro.
Poetas de la elegía nos dicen
los poetas sordos y cerebrales
porque no saben escuchar el dulce temblor
de todo lo que vive camino de la muerte.
No saben de las ansias,
no saben del origen
silencioso y turbio
de cada canción que les suena hermosa.
No saben nada de la vida ni han entendido
apenas ningún libro.
Hay que ser como ellos, agasajar
las conciencias de este mundo dormido.
Y ni un llanto, por favor, ni una pena,
y no hablar del yo, que a nadie importa.
Mejor las nubes, las aves, los cántaros,
y todo muy discretamente, y muy bien medido
sin hacer ruido, por dios, que nadie se moleste.
Antonio Llorente Abellán
Y es que hay que rastrear lo sublime,
hacerlo brotar entre las líneas de los versos.
Parece que ahora importa más el papel en blanco
que el sordo rumor de un corazón desmoronado
o el de un alma arrugada en el ocaso
porque siente con el día morirse el mundo.
Hoy hay que hacer poesía de memoria
y medir bien los versos, hacer trampas,
no decir la verdad aunque nos mate,
tanta sinceridad, tanto ripio disfrazado
de soneto matemático y puro.
Poetas de la elegía nos dicen
los poetas sordos y cerebrales
porque no saben escuchar el dulce temblor
de todo lo que vive camino de la muerte.
No saben de las ansias,
no saben del origen
silencioso y turbio
de cada canción que les suena hermosa.
No saben nada de la vida ni han entendido
apenas ningún libro.
Hay que ser como ellos, agasajar
las conciencias de este mundo dormido.
Y ni un llanto, por favor, ni una pena,
y no hablar del yo, que a nadie importa.
Mejor las nubes, las aves, los cántaros,
y todo muy discretamente, y muy bien medido
sin hacer ruido, por dios, que nadie se moleste.
Antonio Llorente Abellán