8 de agosto de 2011

Poemas que me han dedicado: Antonio Marín Albalate




A lo largo del tiempo algunos (muy pocos) amigos han tenido la gentileza de dedicarme algún poema, y creo que no es mala cosa darlos a conocer, haciendo de paso siquiera un mínimo elogio de los libros en que aparecieron. Y empezaré por el más reciente, incluido en Enclave de barro de Antonio Marín Albalate. En este pequeño y hermoso conjunto de veintidós breves poemas, que no por breves y aparentemente leves dejan de doler, punzantes y callados, en este libro de breves y leves honduras, decía, cambia Antonio el que ha venido siendo uno de sus Leitmotiv habituales (la nieve) por el barro de la edad y el desencanto que el tiempo nos allega. El poema —sin título, como muchos de los suyos, y del que soy no sólo dedicatario sino también involuntario personaje— es éste:

                             A Ángel Paniagua.

¿CÓMO me verán
esas muchachas
con las que todavía
sueño fugarme
a no sé dónde?

¿Cómo me verán,
cuando así las miro,
Ángel, desde esta triste
miopía de canas y barro?

No te ven —dice Paniagua.


4 comentarios:

Antonio Marín Albalate dijo...

Gracias, Poeta, por tu comentario. Un placer dedicarte ese poema inspirado en tus certeras palabras.

Un fuerte abrazo, Ángel!

Isabel Martínez Barquero dijo...

Sí que se nota en el poema el peso del transcurso del tiempo, Ángel.
Me gusta la ironía blanca con la que concluye y el murmullo de la amistad verdadera que no engaña.
Un abrazo y enhorabuena por los poemas dedicados. Es todo un motivo de orgullo.

Cris dijo...

Un magnífico poema de Marín Albalate, y muy bien dedicado, Ángel.

Jose Miguel Colmenero dijo...

genial como siempre Antonio y un lujo tu blog Angel