8 de marzo de 2012

Madre soltera (Tercer aniversario)




MADRE SOLTERA

Has dado a luz al hijo que querías
tener con él, pero su padre es otro,
y no te importa. Habría sido fácil
llevarle hasta tu cama
y arrancarle —con tu sabiduría
para el sexo y tus mañas de mujer—
esa esencia que tú necesitabas
para rehacer su imagen, confundiéndola
en una sola carne con la tuya...
Muy fácil, sí: tal vez por eso
le dejaste esa noche, de camino
a su casa, en la ciudad donde le
conociste y que él mismo te enseñó.

Esa noche, la última que os visteis
—y sabías muy bien que era la última—,
pensaste que tal vez no mereciera la pena,
que todo lo que había hecho por ti
tenía un interés oculto —ya te había
ocurrido con otros hombres antes—,
que no veía en ti más que a la esposa
que siempre quiso —guapa, inteligente y sumisa—
y no estabas dispuesta a renunciar
a ti misma para colmar tu anhelo,
el deseo que siempre, desde niña,
te había atenazado de ser madre.


Quizá por eso al niño —cuyo padre
es un rostro perdido entre tus piernas,
una noche que casi has olvidado—
le has puesto su nombre, el del que quiso
ser amante y esposo al mismo tiempo,
aquel que en su ignorancia,
pensó que caerías a sus pies y no tuvo
más premio ni castigo que este niño,
al que ha dado su nombre sin saberlo.



[Este poema, escrito hacia 1996, fue uno de los incluidos por L.A. de Villena en mi parte de la antología 10 menos 30. La ruptura interior en la poesía de la experiencia (Pre-Textos, 1997). Forma parte de Las vidas de los otros, un libro en el que ya por entonces llevaba algún tiempo trabajando y que a día de hoy sigue inédito.]

3 comentarios:

Eastriver dijo...

¡Qué fuerte! Pues yo tengo ese libro, y también los feroces... que era una antología de poesía maldita. Buff, siempre igual con la poesía. Hazla circular, es lo mejor que puedes hacer.

Juan de Dios García dijo...

Plas, plas.

Antonio Parra dijo...

El poema, magnífico. Así me gusta la poesía.