Foto © Mad Hatter: Abeja solitaria sobre botón de oro (Ranunculus acris) |
VIDA DE ESTA ABEJA
Ya se hizo mayor. La vida quiso que fuese dando tumbos sin fijar la mirada en una meta, y siguió con pasión irrefrenable el vuelo de los zánganos; quiso ser como ellos, y aprendió sus oficios llamativos y alegres, pero ellos volaron y está sola, tan sola como estuvo mientras los perseguía, imitaba y amaba. Siguió haciéndose mayor, mayor incluso para volar con ellos, y las otras abejas le hincaron —envidiosas de aquella libertad— sus aguijones, le inyectaron la ponzoñosa y triste verdad del mundo adulto, y el instinto de la recolección, que le era extraño. Quiso huir... Era tarde. Se habían disipado los fulgores del bosque, y había sólo flores que expoliar por el bien de la especie, había celdillas que llenar —la medida del trabajo— y delitos y culpas y castigos que cumplir por el tiempo derrochado. Así que aquí la tienen, aprendiendo el oficio de la supervivencia colectiva y mirando salir cada mañana y regresar cada noche a los zánganos hermosos, lozanos, sonrientes, mientras oye murmurar con envidia a las obreras...
16 comentarios:
¿Psicoanálisis lírico?
Querido Ángel, muchas gracias por tu poema, tan precioso, para empezar agosto.
Un abrazo
De nada Pedro! Recuerdos y un abrazo, para E. también, obviously...!!!
bien chulo!
Pa chulo tú, guapetón, me alegra que te guste...
Por cierto, ¿puedo suponer que tendremos al menos una de esas "balas" centenarias del 15 sptbre...? ¿Hay pruebas ya, o algo? (m'ehtoy Kedando sin uñas!!!!)
el vuelo de los zánganos
:-)
s.
...los zánganos hermosos,
lozanos, sonrientes...
;-)
Thanks, Scott...!!!
Por supuesto que la tendrás no lo dudes!
Todavía no hay pruebas ni nada, siempre vamos, ya sabes, apurando hasta última hora
Abrazos!
«En los tiempos en que la civilización cretense estaba en su apogeo las abejas representaban la alegoría del saber. Para los griegos eran un símbolo de fecundidad y del espíritu independiente del cuerpo material. Los autores clásicos las identificaron con las almas de los nonatos.
La miel y la cera que producen han hecho que la abeja sea apreciada desde siempre por las virtudes curativas y alimenticias de la miel y la utilidad de la cera.
Se dice que las abejas rehúyen a las personas desaseadas o de mal comportamiento.
Según la superstición gallega las almas de los muertos pueden verse por la noche en forma de enjambre de abejas.
En el País Vasco eran parte de la familia y se les comunicaban los acontecimientos más importantes de la vida familiar, ya que si no se hacía así las abejas morían o abandonaban la colmena.
A quien mata una abeja le perseguirá la mala suerte.»
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¡Ay! (suspiro)
¡Quién fuese zángano!!
Abrazos veraniegos, Ángel.
Cuidado con lo que deseas, monstruito, ya sabes el castigo que conlleva, no digo más...
Abrazo!
Buenísimo, Ángel!
Gracias por "ajustarlo" para que de su belleza den "cuenta" nuestros ojos...
Como una abeja,
libo tus palabras de miel de zángano.
Y te beso,
Marisa
Angel....me ha encantado y por fin le he puesto "cara" a tu nombre,pienso seguirte y leer más cosas tuyas ¡que lo sepas!,un saludo
Angel, como la vida misma, me ha encantado. Hacía tiempo q no leía poesía y la verdad es q me lo estoy replanteando.
Un abrazo
No es fácil mantenerse en una actitud que pocos comparten, es el pulso callado con la sociedad, con las reglas impuestas. Afirmar sin prejuicios nuestra verdadera identidad, contra viento y marea, es vital.
Expresado en el reino de una sociedad cerrada, por cierto, cada vez más parecida a la nuestra.
Un placer leerte.
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