MANUEL PUJANTE
A Manuel Antonio Sánchez-Pujante Fernández
El alcohol, el ruido y el gentío,
la barahúnda loca de conciencias
vomitando en el suelo —adolescencias
absurdas, demoradas—, griterío
de zanguangos campando a su albedrío,
organizando grescas y pendencias
brutales —sin medir las consecuencias
de sus tercos desmanes—, plumerío
de armarios que te buscan, te magrean
—y de pronto se hacen los machitos
para disimular—, y ahí sentado
—mirando a nadie, absorto y apartado
de cuantos a tu alrededor vocean—
tú, intentando abstraerte entre sus gritos.
2 comentarios:
Excelente soneto. Me ha gustado la combinación de palabras cultas ( barahúnda, albedrío ) con vulgarismos ( magrean ). Lo de "zanguangos" es un puntazo, aunque el cartagenero típico siempre ha dicho "singuangos".
Hola, estaba leyendo el poema y a la vez la cita de Manuel Pujante. Qué maravilla escribir así o sentirse así, no sé.
Saludos
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