Tanto tiempo pasado acumulando
desgracias y experiencias, tantas horas
caminando las calles de mí mismo,
vacías, y llenándolas —o al menos
intentando llenarlas— con los libros
y músicas que amo, con pequeñas
obsesiones del todo intrascendentes
—revistas musicales o de cine,
periódicos, películas— y todo
para hallar un descanso que no llega,
una paz que se escapa entre los dedos
apenas han sonado los acordes
finales de Lucia o Puritani,
o las Suites para violonchelo solo,
o apenas he leído la reseña
de algún disco reciente…
¡Cuánta fe
se ha perdido en el curso de estos meses,
cuántos buenos proyectos han debido
quedarse en el camino! Y ahora todo
se agolpa aquí esta noche, en esos rostros
semidesconocidos de la fiesta
a la que no sé bien por qué he venido...
Ahora sólo deseo que las horas
se muestren más propicias, que los fastos
demoren su presencia, porque otro
año más como éste puede acabar conmigo.
1 de enero de 2013
Nochevieja
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4 comentarios:
Al leer este poema he recordado mi antigua costumbre de escribir asimismo un poema cada fin de año. Esta vez...ha resultado imposible, pero estaba el tuyo -mejor muy probablemente que el mío no nacido-aunque quizás igual de desolador, probablemente-. Esperemos, amigo, que este nuevo año -por poner una tiempo canónico- no tengamos que conformarnos con calles interiores, músicas y libros. Ojalá la vida nos abra sus puertas, ojalá esas cosas que llenan nuestro tiempo no nos vacíen de tiempo para siempre. Ojalá yo lo vea en ti, y tú lo veas en mí...
Un fuerte abrazo.
Antonio
Que publiques un poema de Nochevieja muchísimos años y eso será una excelente noticia. Si el poema es de esta calidad o parecida, mejor aún.
Existen años que son cuchillos incrustados en la propia biografía.
Al menos, ha dejado en tu haber este magnífico poema.
Magnífico. Yo no escribí ninguno, así que (en lo que va de año) voy perdiendo. Y nada de que este año acabará con nosotros. Salud, amigo.
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