12 de mayo de 2012

Un recorte de 1992 (La Opinión, 22 de enero)


(Clic sobre la imagen para ampliarla)


En enero de 1992 el diario La Opinión de Murcia publicó una selección de poemas de Ese calmo lugar, una pequeña colección de poemas de tema amoroso con los que yo había obtenido el premio Jara Carrillo a finales del año anterior. Iban en una doble página, acompañados de la reproducción (todavía en blanco y negro, lástima) de tres de las magníficas ilustraciones realizadas expresamente por Antonio Martínez Mengual, así como por este retrato lírico de Ramón Jiménez Madrid, cuyo título jugaba con los de mis dos primeros libros y que en absoluto recordaba. Revisando y ordenando viejos recortes he reparado en él y me ha resultado tan conciso y ajustado como inesperadamente emotivo, tanto que no he sabido sustraerme a la tentación de colgarlo aquí, disculpen (parafraseando a un amigo) si parece lo que es, emanación de un ego que no creo tener bastante bien controlado...

5 comentarios:

Juan de Dios García dijo...

Ya te dije hace año y medio, conduciendo con Albalate y Esteban camino a una de nuestras citas divanescas, que convendría que dejaras de remover/recordar/ajustar cuentas con los años 90 y vivieras plácidamente tu presente poético en tu bitácora. Pero tú nada, ni puto caso.
Dicho esto, he de decir que en esta reseña el amigo Ramón Jiménez Madrid se puso muy poético y ya me gustaría a mí que se dijera algo parecido de un libro mío.
Por cierto, enhorabuena por la copa atlética. ¡Ole, ole, ole, Cholo Simeone!

Ángel Paniagua dijo...

Ciertamente me dijiste eso, aunque me parece que no conduciendo, sino caminando por Reina Victoria junto a otro par de amigos... En cualquier caso da igual, lo que importa es si lo decías porque realmente lo crees así o porque consideras que se puede volver en contra, convicción o estrategia... Te diré que entre 1985 y 2006 (pero fundamentalmente, plenamente, entre 1988 y 2003, valga decir los noventa) viví mucho y muy deprisa, tan deprisa que apenas daba tiempo a pararse a mirarse uno mismo vivir. Literariamente también fueron años convulsos y complicados para mí, y dejaron un reguero de proyectos y telas de Penélope (¡ay, ya la nombré!) tejidas y vueltas a destejer a instancias de... tampoco importa ya, y además he empezado a esbozarlo en otra entrada.
Como en La mirada de Ulises, una película que conoces pero no pareces haber entendido, se trata de un viaje de regreso al pasado de uno mismo, un viaje en busca de esos proyectos y borradores sin revelar que contienen la mirada inocente, emprendido a raíz de una situación de bloqueo creativo que te pide volver la mirada atrás, ordenar y analizar todo con detenimiento, para encontrar aquella primera mirada que pueda arrojar luz sobre el presente, y sobre los frutos literarios de estos últimos ocho o diez años, que sabes bien que hace ya más de dos (enero 2010) que pasé de los manuscritos al ordenador y apenas he conseguido dar por finalizados cinco o seis. Así que, por mucho que exteriormente los vista de ajustes de cuentas, y sin perjuicio de que (también) lo sean, sólo voy elaborando apuntes para mi propio historial de un libro...
Dicho todo lo cual, he de decir que 1) lo de esta entrada NO es una reseña de un libro concreto sino un retrato lírico de su autor (o sea yo); 2) que efectivamente Ramón Jiménez Madrid se puso muy poético (si no NO sería retrato lírico); y 3) que esta entrada en concreto NO supone ajuste alguno con nadie. De hecho, tras leer tu comentario he añadido unas breves líneas sobre el recorte, lo fortuito de su aparición y su presencia aquí.

Por cierto, agradezco sinceramente tu enhorabuena y espero poder devolvértela el 25, aunque veo muy motivados a los leones...

Anónimo dijo...

Muchas gracias por el envío.
Aunque hasta hoy no he conseguido verlo.
Está bien desempolvar viejos artículos, recordar quién eres.
Un abrazo,

Luis

Juan de Dios García dijo...

Te lo dije, efectivamente, porque pudiera volverse en contra tuya algo que haces por los motivos que has explicado. Pero como ya los has explicado en este foro, pues solucionada cualquier sospecha de nostalgias o rencores pretéritos innecesarios que pueda llevarse algún lector de "Ajustes y otras cuentas" que no te conozca.
Pero, vamos, que no sé qué hago yo metiéndome en este berenjenal.
Salud y suerte.

Madelyne Blue dijo...

Interesante entrada; el artículo, como bien defines, lírico y emotivo y además en la foto estabas muy guapo. Resumen: has hecho bien en subirlo.